Ay, Buenos Aires — 2: Tango y empanadas en Bar de Bandera
- Male Saito
- 2 jun
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun
Viernes de Té Negro Tango en un Bar federal en Villa Crespo
por Male Saito
En la esquina de mi casa hay un bar muy lindo. Un bodegón pequeño, histórico del barrio. Todos los días aminoro la marcha y escucho lo que dicen en las mesas de la vereda. Hace dos días el mozo en la puerta le dijo a alguien:
El tema es que las peleas no son para ganarlas o perderlas, sino para darlas.
Me quedé pensando en eso. En que la dignidad se juega ahí.

Más tarde escuché que una chica joven le decía a otra, citando la frase de Mirta de los noventa: como te ven, te tratan. ¿Cuántas de nosotras la habremos repetido sin detenernos a pensar el discurso que trafica?
Y me dio bronca. Hay una propuesta neoliberal que se nos volvió carne, que es que hay que emparchar el malestar, embadurnarse la cara, no contar los problemas, sonreír cortado y que nadie se entere de la falta. Parecida a la propuesta que tiene el patriarcado para los hombres: si hay angustia, que no se note. Momento para recordar que en la crisis del 2001 son las mujeres las que salen a armar el club del truque y a buscar estrategias mientras los tipos se entierran en el alcoholismo. ¿Por qué? porque entre ellas hablan sin miedo de mostrarse débiles. Porque no tienen vergüenza de pedir ayuda.
Los tiempos cambian y, a la vez, parece que navegamos el mismo río. Otra vez. Viva el mercado, el individuo, la crema importada y la ropa china. La propuesta que se cocina a nuestras espaldas es: si no tenés un mango, escondete o quedate encerrada en tu casa, consumiendo sin parar videos que dicen que esto es tu culpa y que lo podés modificar si aprendes a manifestar y te haces responsable de tener el culo parado. Aunque ojo, tampoco muestres mucho, porque no da ser trola.
Pero cuando estás deprimido y reprimen a todos a tu alrededor, cuando tenés más de un trabajo para llegar a fin de mes y no llegás, estás mal y te ves mal. No tenes libido ni ganas ni plata para comprarte ropa o arreglarte el pelito. Entonces…Siempre creo que es mejor partir de la verdad que de la máscara. En general, una, se encuentra con otros y otras a las que les sucede lo mismo y de a poco te vas dando cuenta de que no sos un forro ni un infeliz, sino que están buscando que te sientas exactamente así.
Hay que sacar el cuerpo de lo virtual. Alejarlo de la computadora y las redes sociales y ponerlo a caminar. Volver a mirar y escuchar lo que pasa afuera, lo que le sucede a otros. En general, desde la falla, nos encontramos.
El viernes, con mucho frío y poca plata, me calcé un abrigo y me fui caminando hacia donde indicaba un flyer que me había compartido un amigo. Si bien me llegan muchas ofertas, esa me convocó. Era a la gorra y se anunciaba como una velada hedonista de té negro. Y como me gusta la contradicción, dije por qué no.
Bar de Bandera
Cuando llegué, los muchachos probaban sonido y estaban preocupados. Por el frío, las bajas, las enfermedades, que no vinieran los que imaginaban, pero de a poco el lugar se fue llenando y llenando. El bar se llama Bar de bandera y tiene banderas esparcidas por toda la sala. Regalan en la barra escarapelas. Con ese gesto me compraron el corazón.

“Bar de bandera surge a partir de buscar construir una propuesta cultural con identidad nacional y federal. Somos parte de un entramado cultural más amplio y nos interesaba armar una propuesta bien de bar porteño donde circulen las ideas, el arte, la cultura popular”, me cuenta mientras nos fumamos un cigarrillo en la puerta, Walter, uno de los socios de la cooperativa de trabajadores que la lleva adelante. “Estamos en un tiempo en el que se denota todo lo colectivo entonces vemos una necesidad y vacío. Apostamos por crear un lugar donde distintos artistas, vecinos, amigos y familias puedan encontrar un espacio”, agrega.
En este bar se sirven empanadas de carne tucumanas, mendocinas, salteñas, cordobesas. También están las opciones veganas y vegetarianas. Una empanada de roquefort y peras que la rompe. Tienen un promoción de 2 empanadas + vaso de vino o cerveza por $8500.
El espacio no le cobra a los artistas por tocar, aunque parezca una obviedad, en estos tiempos se agradece. “Queríamos un espacio donde vengas a comer empanadas regionales o locro en cualquier momento del año, ver un show de folclore, tango o hiphop. Vamos armando la agenda también según las búsquedas de nuestra comunidad y todo eso engloba nuestra bandera”, dice Walter. Es que le pusieron así justamente por eso. Un espacio que nos cubra del desamparo como un cielo soleado. “La Bandera es el cimiento de nuestra construcción de patria. Es identidad y arraigo. Y es abrir los brazos a todos los que quieran habitar nuestro suelo”, concluye.
La programación está atravesada por la idea nacional. Todos los jueves hay un ciclo de folklore. Los viernes tratan de que haya tango. Tienen además una jam abierta al público de rock y otra de freestyle. Hacen también ciclos de poesía, charlas abiertas sobre la coyuntura política y presentaciones de libros. El espacio nunca se cobra. Se puede también en estos tiempos hostiles festejar cumpleaños (sin tener que pagar el alquiler del espacio), y también casamientos o pequeñas fiestas.
“Nos apasiona ofrecer una propuesta que destaque nuestra identidad como pueblo y esté arraigada en nuestra historia, pero no hacemos de esto un museo, es historia viva y en movimiento. Es presente de querer aportar a nuestro barrio, a nuestra ciudad con algo que trascienda. Es actualizar permanentemente lo mejor de nuestro pueblo”, dicen.
Hoy también son parte de la Federación Cultura Popular, que es una entidad de segundo grado que nuclea cooperativas de trabajo con objeto cultural y tiene como objetivo construir una herramienta gremial, de articulación productiva y social . “Nos sumamos con la convicción de que nadie se salva solo y solo la organización vence al tiempo. La cultura Cooperativa autogestiva es un gran motor de trabajo y cumple un rol primordial en la construcción de identidad nacional y popular”, dice Walter, mientras apaga su cigarrillo y me comenta que desde que asumió Milei en conjunto con Jorge Macri los hacen cerrar antes de la una, para que laburen los boliches. “Quieren apagar la cultura de la ciudad”, dice y yo me quedo pensando que es por eso que Buenos Aires dejó de ser la ciudad que nunca duerme. Nos fueron domesticando, viejo. Nos quieren en la jodita y no en la tertulia. Ay, ¿por qué será?
Té negro

Pero pronto arranca el show. Se trata de “Té Negro Tango”, un conjunto compuesto por Facundo Rini en voz y Martín Secchi en guitarra. Esta noche desde Lyon los acompaña Barbara Frey. También se subirán a cantar Mariano Balzano, Barbi Gurevich, Estela De Gracia y Nacho Martinez.
Martín dice que Facundo no canta las canciones, sino que las cuenta, y así irá toda la noche hilando un relato con su pañuelito rojo. “El pañuelo rojo lo uso en conmemoración de mi familia. Mis nonos, mi madre y mis tíos vinieron de Sicilia en el año 50. A hacer la América, su sueño. Y bueno, mi viejita se me fue en el 2021, y entonces cada vez que tengo ese pañuelo, siento que está la familia ahí acompañando, de alguna manera también, y como una forma de agradecimiento de mi parte para con ellos. Siempre imagino a los inmigrantes llegando de los barcos y agitando pañuelos. Yo aprieto el pañuelo entre canción y canción para tomar fuerza, coraje, valor y agarrarme de la nostalgia”, dice Facundo mientras toma un vino en la sobremesa del show.
El tango llegó a su vida de chico. Por su padre. “Acá en casa era Goyeneche, Alberto Marino, Jorge Maciel, Edmundo Rivero, Gardel, por supuesto, y por el lado de mi vieja era Sandro”. Oriundo de Ramos, hoy sus amigos del barrio lo acompañan.
A su padre lo mataron en una situación extraña. “Nunca supe si fue un robo o un ajuste de cuentas. Pero me acuerdo siempre de una frase que me decía mi viejo: No te olvides que vos naciste el mismo día que el Polaco Goyeneche”. Esa frase le marcó la vida. Goyeneche se convirtió en algo así como un padre. “Yo siempre festejo por los dos en mi cumpleaños”, dice.
Si bien el tango fue la música que más escuchó en su vida, fue la que menos cantó. Fue el año pasado, recién, cuando decidió empezar. Hoy en día además de cantar en Té Negro lo hace en la Escuela de Tango Nuevo y en la Orquesta de Tango del Conservatorio Manuel de Falla.
Mientras ellos cantan, la gente se para y baila. Mal o bien. Porque pinta. Por las ganas. Porque sí. Se disfruta. “El tango es una tristeza con sabor a cierta alegría. Es como si todas las letras dijeran estoy vivo, a pesar de”, acota Facundo.
El repertorio que eligen toma clásicos, pero también letras de nuevos autores y compositores. “Tenemos grandes referentes vivos. Yo admiro mucho a Cucuza Castiello, el Chino Laborde, Ariel Ardit, Juan Villareal. Son cantores de nuestra época y además todos me fueron transmitiendo una sensación de hermandad. Nos ayudamos mucho entre todos, no hay competencia. Eso me parece muy valioso”, dice.
Me voy feliz de haber conocido esta tertulia, donde se toma el vino en taza sobre un mantel cuadrillé y avanza la noche nombrando la vida. Los dejo a los muchachos jugando, se armó la zapada, se pasan la guitarra los unos a los otros. Ya estamos cerca de la una y pronto el bar tendrá que cerrar porque a otros les molesta que la voz siga entonando hasta juntarse con los pájaros.
Eso sí. Hay buenos aires todavía.
Té negro toca el 8/06 en la Feria de Agronomía, el 19/06 en El Boliche de Roberto, el 21/06 en La Pla Pla, el 22/06 El pasaje de la luna y el 28/06 Milonga "El Aquelarre.
En Bar de Bandera hay programación todos los días y se puede consultar en su Instagram: @bardebandera. Queda en Frías 390. A pasitos del Parque Centenario.
por Male Saito (@malesaito)
Malena Saito escribe poesía, ejerce el periodismo cultural y estudió dramaturgia y dirección teatral en la EMAD. Actualmente colabora con Ficcialidad y Página12. En el pasado escribió también para La Tinta y sostuvo el newsletter semanal Camafeo, donde contaba historias de distintas poetas argentinas. Durante muchos años fue parte de varios programas de radio, destacándose La Guerra Suave, programa del que era locutora y productora, que buscaba difundir la literatura de las provincias en CABA. También fue productora de Leer es un Placer y fundadora de Trilce Radio.
Fue librera en distintas librerías de la ciudad. Fundó Luz Artificial, librería secreta. Produjo contenidos para festivales nacionales e internacionales como el Poesía Ya!. Actualmente brinda talleres de escritura y se pierde en la noche porteña.
.
コメント