Maldito desierto: de tribus y rituales para hacer llover, o llorar
- Ailo
- 23 abr
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Actualizado: 8 may
por Ailo
"Nos hubiera encantado hacer llover pero a veces, con las ganas no alcanza"
Cuatro mujeres en ronda susurran algo invisible. De pelos sueltos, ropas grandes, con sutilezas de confesión y los ingredientes misteriosos de una fuerza hermana que las sostiene. Amistad, o ritos.

Demasiado rápido me imagino que presenciamos una tribu inexistente, como si esta síntesis representara de alguna forma otras eras, otras danzas, otros ritos y otras mujeres.
Como si hubieran sido sacadas de su verdadero tiempo y puestas en esta caja de madera, y lo que traen consigo es la intención primaria de lo que supieron ser. Las danzas, los cantos, las rondas, los pensamientos.
Como si este des-contexto estuviera contaminado de ida y de vuelta, con un condimento perdido de la cultura contemporánea y un estado primitivo de las reacciones del cuerpo ante situaciones posibles, sensibles, silenciosas.
Todo lo que gira en este desierto de madera lo hace alrededor del agua.
La insistencia de la danza para hacer llover, o para hacer llorar.
¿Cuándo lloraste por última vez? ¿Cómo llorás vos? ¿Te mirás al espejo cuando lo hacés? ¿Y ahí llorás más, o llorás menos? ¿Una vez por día o una vez por mes?
Cuatro mujeres que pueden ser coreógrafas, vírgenes, cantantes folks que lloran la muerte de una amiga —o de una vaca—, fugitivas de un oso que ni siquiera entraría en la habitación en la que estamos.

Gisela Baiardo, Bernardita Epelbaum, Delfina Oyuela y Eva Palottini tejen un tiempo distinto y calmo, todo el tiempo sonoro, todo el tiempo rítmico. Todo el tiempo entre un pasado salvaje y un presente moderno, o pos-moderno, simple, sutil.
Un desierto de madera entre puertas que se abren y se cierran, luces que entran y delinean siluetas inmensas, una guitarra eléctrica y un canto precioso que Delfina regala a ver si así sí llega el agua.
Como si hubieran sido sacadas de su Maldito desierto y puestas en esta Casa teatro, para cada una a su manera, entregar la potencia de sus cuerpos y lograr que algo pase.
Si las fuerzas rituales para que la naturaleza responda y la cosecha dé frutos son cosa demasiado grande para estos tiempos, habrá que probar con la danza hasta encontrar una lágrima que sirva para sembrar de a poquito algo nuevo.
Maldito desierto está los lunes a las 20:30 en Casa Teatro (Guardia Vieja 4257)
FICHA TÉCNICA:
Autoría: Bernardita Epelbaum
Diseño de vestuario: Ramiro Baillarini
Diseño de iluminación: Mariano Basile
Operación técnica: Mauro Luno
Colaboración artística: Casa Teatro Estudio
Producción: Florencia Schrott
Dirección: Bernardita Epelbaum
por Ailo (@___ailo)
Ailo (Ailén Cafiso) es bailarina, coreógrafa, escritora y artista multimedia. Trabajó diez años como editora, primero en un grupo editorial y luego en un proyecto independiente. Creó el grupo Potencial de acción donde reúne artistas multidisciplinarios para la creación de obras de cine y danza. Co-dirigió Parque (2022), hizo La danza rota (2024) y fue una de las primeras bailarinas del mundo en experimentar con danza y NFTs. Escribe poesía, y está terminando su primera novela. Creó Ficcialidad con el fin de difundir material artístico e histórico de investigación. ailo.work