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Tarascones: fachas, racistas y ricachonas

  • Foto del escritor: Alma Holovatuck
    Alma Holovatuck
  • 19 jun
  • 3 Min. de lectura

por Alma Holovatuck




Obra en verso, 

clima grotesco. 

Crimen brutal en un domingo casual.

Cuatro amigas se juntan a tomar. 

“No sos fea sos jodida” 

dijo enseguida. 


Paola Barrientos, Alejandra Flechner, Eugenia Guerty y Susana Pampín se transforman en mostras grotescas de la alta sociedad argentina. Tarascones, escrita por Gonzalo Demaría y dirigida por Ciro Zorzoli, es una comedia incómodamente graciosa y excesiva. Rítmica, ácida y profundamente teatral.



Como cada domingo, Estela, Zulma y Martita se juntan en la casa de Raquel a tomar el té, comer sanguchitos de miga y a atragantarse con odio. Pero esta vez hay algo más espeso que el aire perfumado: un asesinato. No sabemos bien quién murió, pero fue de forma horrorosa. Las mujeres no se escuchan, solo reaccionan cuando se sienten atacadas. Ninguna cuida a la otra y se acusan. Su manera de actuar es simple: criticar al de abajo para no mirarse a sí mismas.


La construcción física de cada actriz para encarnar a su animal es de una entrega total. Cada una, cual bicho monstruoso, se mueve con un cuerpo inundado de sus propias mentiras. El grotesco las lleva del llanto a la risa y al público nos mantiene atento pensando cuál será su próximo movimiento. El vestuario, el peinado, el maquillaje y la escenografía refuerzan lo artificial y lo grotesco. Todo brilla, pero a la vez duele. Incluso el traje parece tenso, como los cuerpos que habitan: rígidos de represión, abrumados de odio y remordimiento.


Tarascones construye una crítica a una clase media alta que se cree ilustrada, pero reproduce con soltura estructuras homofóbicas, racistas y patriarcales. La figura de la mucama, ausente y presente a la vez, se convierte en el centro de todas las sospechas: el chivo expiatorio perfecto. “La yegua”, “la negra”. La trabajadora doméstica es reducida a una caricatura de clase: culpable por naturaleza. Y por eso la encierran. Luego se olvidan. Por momentos la llaman, cuando necesitan que alguien levante la mesa o limpie algo. Como si no tuvieran independencia propia.


¿Qué pasa en el mundo mientras cuatro mujeres se sientan a tomar té y despilfarrar odio?


La dirección de Zorzoli apuesta por un equilibrio sutil entre el desborde y el control. Las escenas fluyen con inquietante naturalidad, y eso vuelve el golpe final, cuando se revelan las verdades, aún más brutal. 


El humor, lejos de ser liviano, puede ser un espejo cruel. En Tarascones, la exageración potencia la verdad. Nos hace reír pero nos deja un sabor amargo. Como si la risa misma fuera parte del problema. ¿De qué, o de quién, nos estamos riendo?  




FICHA TÉCNICA:


Autoría: Gonzalo Demaria

Actúan: Paola Barrientos, Alejandra Flechner, Eugenia Guerty, Susana Pampín

Vestuario: Magda Banach

Escenografía: Cecilia Zuvialde

Iluminación: Eli Sirlin

Redes Sociales: Lisandro Outeda

Música: Marcelo Katz

Diseño: Lisandro Outeda

Fotografía: Alejandra Lopez

Ilustrador: Agustina Filipini

Asistencia de dirección: Gabriel Urbani

Prensa: Cecilia Gamboa

Producción: Cooperativa Tarascones, Juan Doumecq

Producción Original: TNA - TC

Dirección: Ciro Zorzoli



por Alma Holovatuck (@almaholovatuck)


Alma Holovatuck es actriz, cineasta y escritora. Es egresada de la carrera de dirección de cine en la ENERC y actualmente se encuentra cursando la Maestría en Teatro y Artes Performáticas en la UNA. Actuó en “Las Jóvenes Promesas” (2023) en el Cultural San Martín y actualmente se encuentra ensayando "Este mundo peligroso", a estrenarse en octubre en Área 623. Dirigió diversos cortometrajes entre los que se encuentran “Máscaras y corsets” (2022), "Solo por esta noche" (2023) y “La reina rebelde” (2025).

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