El Suceso: Terrorismo artístico, distopía espectacular
- Nicole Popper

- 22 sept
- 4 Min. de lectura
por Nicole Popper

El teatro es un dispositivo que se resiste a encasillarse en géneros, categorías que suelen estar reservadas para el cine, ya que cumple mejor estas expectativas. Ni hablar específicamente de la ciencia ficción, que se apoya fuertemente en efectos especiales, un verosímil muy lejano al realista, y una gran cantidad de efectos para poder plantear otros mundos posibles —ya sean utópicos o distópicos.
Estudio QP parece desconocer esos límites. Micaela Amaro, Lula Fenomenoide, Marcos Krivocapich, Teo López Pucci y Donna Tefa, responsables de dramaturgia, dirección, música y actuación, estiran los límites del teatro hasta romperlos: ¿por qué una obra no podría hablar de un futuro muy lejano? ¿Por qué no podría inaugurar un Mito del cual se desprendan siglos y siglos de historia posterior?
El suceso nos brinda un texto plagado de humor e ironía, actuaciones inteligentes y suspicaces, un ritmo que no cae ni por un segundo, y una infinidad de recursos teatrales: títeres, pantallas, música, coreografía. Todo al servicio de una historia que despliega reflexiones sin acartonarse ni bajar una línea digerida.
La obra comienza con la dinámica de un focus group. Allí conocemos a un grupo de burócratas —o más bien, artistas rehenes de un régimen totalitario— obligados a refundar una cultura. No se sabe por qué ni para qué. Solo se sabe que buscan un nuevo sistema de normas que otorgue sentido, tradición o pertenencia a un mundo que naufraga.
Pero al Régimen le sale el tiro por la culata y resulta ser que estos cinco personajes dan origen a un suceso. ¿Cuál? No sabemos. Pero entendemos que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Algo así como un cataclismo, un quiebre paradigmático. Acaso un enigma.
Sí, así de grande la fábula, así de enorme el relato que lleva adelante esta obra. No conocemos qué pasó en ese acontecimiento (estratégicamente escondido en una elipsis), pero sabemos que después de eso nada fue igual.
El suceso es una obra ambiciosa, que cumple con el objetivo de poner de manifiesto lógicas subyacentes a nuestra época: ¿cómo decir algo sin decir nada o cómo decir cosas elocuentes diciendo aparentes pavadas? ¿Cuál es el lugar de la historia dentro de la era de la posverdad? Y si el arte no es terrorismo ante un sistema que invisibiliza la diferencia y anula el conflicto, entonces ¿para qué lo hacemos?
La gran joya de El suceso es la relación sintética entre forma y contenido: los temas que aparecen dialogan con los métodos mismos de la obra. Las ideas de disenso político y social funcionan como procedimiento dramatúrgico. Todo texto es una discusión. El tiempo avanza de manera exponencial, y la obra explora en cada escena una manera distinta de narrarse a sí misma. Lo mismo se replica en la trama, que exhibe la voluntad de refundación de la historia por parte de los medios de comunicación, analizando cómo operan los discursos dominantes para borrar las huellas culturales que nos dan sentido y particularidad.
En cada escena la polisemia se intensifica, los signos son abiertos y textualmente todo está sujeto a libre interpretación y tergiversación. Se explora cómo toda instancia de debate público puede tener el mismo tenor que una pelea entre panelistas. Cómo la realidad se pone en tensión constantemente. Cómo los cuerpos pueden ser dóciles o inventar nuevos lenguajes. Todo esto a través de la comicidad, el juego y el espectáculo.
Pasan los siglos y no se sabe qué fue “El suceso”, pero se plantea la falsa ilusión de que si se descubriera cuál fue ese acontecimiento único e irrepetible, no habría lugar al disenso. El chiste se cuenta solo, en ese gesto de querer volver al Mito para entenderlo. Como si el Mito fuera corroborable científicamente. Como si fuera una unidad de sentido concluyente e irrevocable. Como si existiera una sola Verdad objetiva.
El suceso es una obra extraordinaria, actual, sutil y disparatada. Creada y experimentada colectivamente, no necesita subestimar al espectador dando moralejas asfixiantes ni conclusiones morales para utilizar el teatro como un arma de alcance nuclear.
FICHA TÉCNICA:
Autoría: Micaela Amaro, Teo López Puccio, Donna Tefa, Marcos Krivocapich, Lula
Fenomenoide, Magrio González
Dirección: Micaela Amaro, Teo López Puccio, Donna Tefa, Marcos Krivocapich, Lula Fenomenoide
Elenco: Micaela Amaro, Teo López Puccio, Donna Tefa, Marcos Krivocapich, Lula Fenomenoide
Diseño sonoro y composición musical: Teo López Puccio
Diseño audiovisual: Marcos Krivocapich
Diseño de vestuario: Donna Tefa
Realización de títeres: Marcos Krivocapich
Colaboración artística: Milva Leonardi, Catalina Lescano, Magrio González
Duración: 60 minutos
por Nicole Popper (@nicole.popper)
Nicole Popper es actriz, directora y dramaturga. Estudió Actuación y Dirección teatral en la UNA y se formó en Dramaturgia en la EMAD. También escribe poesía. Como autora y directora, estrenó Pájaro en mano (2016) y Targlok: sobre las reglas terrícolas (2018 y 2022). Actuó en teatro y en tele, y en 2023 la nominaron a los Premios Hugo por su actuación en Llega la mañana. Ahora está ensayando Max Garita, su próxima obra como dramaturga y directora, a estrenar en noviembre en Espacio Callejón.



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