Saraos Uranistas: cinco sirenas y una fantasía total
- Ailo
- 3 jul
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por Ailo
Usted vino a corroborar teorías.
A comprobar que el mundo es tal cual usted lo ve.
Pero por suerte, existe todavía el misterio.

En una fiesta del teatro, de las verdaderas fiestas que el teatro merece honrarse a sí mismo y a quienes vamos a él, —que también somos una parte de sí mismo—, los tiempos se cruzan después de romperse para hacernos navegar por el Río de la Plata en 1902 cuando una Buenos Aires escondida desplegaba el misterio para adentro.
Es que todo está pasando todo el tiempo doctor,
solo hay que saber mirar
El viaje que Saraos Uranistas emprende entre las historias de las locas que en su refugio nos susurran, entrecruza la fantasía creativa sobre la historia documental de principios de Siglo XX, donde las posibilidades disidentes a la hegemonía establecida eran un asunto de persecución (esto no ha cambiado tanto), estudio, discriminación, criminalística y análisis científico.
Tres médicos y un pizarrón de otra era exponen teorías sobre los uranistas, palabra utilizada para referirse a homosexuales, primero tomada por activistas y luego tergiversada de manera despectiva, aunque etimológicamente tiene sus contradicciones porque en su origen definiría a un hombre con alma y mente de mujer, o una mujer con alma y mente de hombre. Todo parte del discurso de Pausanías en el Banquete de Platón, quien describe el amor celestial inspirado por Urania, la musa de los hombres que amaban a otros hombres.
Las intervenciones de los médicos se intercalan con las historias de las locas, que a raíz del llamado a la puerta de un policía que se presenta para interrogarlas y realizarles un identikit que luego entregaría a los 'médicos higienistas' para elucubrar teorías anti-científicas sobre los uranistas y potenciar persecuciones, se abren en su más profunda sensibilidad para mostrarnos de qué están hechas: historias, amores, deseos, poesía.
Frágiles
brillantes
furiosas
encendidas
Una por una, La Bella Otero, Lola, Manon, Aída y La Princesa de Borbón nos miran fijo y nos hablan directo como si nosotros mismos espectadores fuéramos el interrogador, gran decisión de dirección ponernos en el lugar de quien observa, juzga, y va al teatro a corroborar teorías, a comprobar que el mundo es tal cual nosotros lo vemos, pero por suerte existe todavía el misterio.
La construcción de esta fantasía tiene el formato de un musical, y de sumergirnos con ellas paso a paso para encantarnos con sus propios misterios. Es tal cual un hechizo, te van llevando a sus adentros, te van hipnotizando con su mirada del mundo y sus cantos. Como las sirenas.
En este Saraos al que nos invitan (del portugués sarão, que significa fiesta al anochecer) se entrecruzan las historias de Lola Mora como amiga de las locas que las inmortaliza en sus Nereidas, de La Paloma, el personaje de una gitana que llega a Argentina en un barco lleno de palomas cuando Sarmiento las trae para combatir plagas y aprende de sus conductas, de una pitonisa que ve una Buenos Aires futura donde las locas siguen existiendo, de Aída que nos confiesa su debilidad de enamorarse en un instante, de una Bella Otero enigmática, madraza y poderosa, de una Princesa de Borbón presentadora, que lleva el hilo de las historias y los secretos.
No imagines si no sos
Por qué imaginás, si no sos
(esto lo dice un doctor)
La obra retoma y parte específicamente de estos momentos de la historia argentina, basándose en el libro Médicos maleantes y maricas, de Jorge Salessi, donde expone las prácticas del Doctor Francisco De Veyga, quien llevaba adelante de la mano de la policía estas investigaciones donde a fin de cuentas perseguían homosexuales y travestis.
Tan profundo es el viaje encantado que la realidad de las locas se funde entre leyendas de sirenas en el Río de la Plata, sus cantos, las posibilidades de fantasía por fuera de lo mundano y terrenal de esa Buenos Aires europeizada.
Me arrojé al río y nadé hacia el futuro
Contracorriente
Y así me di cuenta, que el futuro está detrás
Doctor, hágale caso a los cantos de las sirenas
Maiamar Abrodos como La Bella Otero, Lucía Adúriz como Lola o Dolores, Manuel Di Francesco como Manon, Tomás Wicz como Aida, y —a mí me tocó ver a Mariano Saborido como La Princesa de Borbón—, usualmente la interpreta Emiliano Figueredo. En el piano, Gabo Illanes como el Maestro Paki y composición musical. Todas bajo la mirada y las palabras de Juanse Rausch, (¡qué delicia las palabras!), y absoluta y artísticamente diseñadas en vestuario y arte por Uriel Cistaro. En maquillaje Adam Efron, en escenografía Guido Azqueta Mozzi y Juan Pablo Villasante. Iluminación de Facundo David, y muchos artistas más que pueden leer en la ficha técnica al final de la nota.
Tú quiere
Después que te quieran es otra cosa
Pero tú quiere
Pero quiere como queremos las locas
El amor de las locas es autodidacta
En todo momento pensé en las comunidades, en pertenecer de una manera igualitaria, en permitirse organizar entre compañeras una resistencia poética, política y práctica. Concreta. A mi memoria vinieron referencias conceptuales ficcionales y reales de trincheras de ternura, desde Anna Magnani en Mamma Roma, al círculo de Las Malas, de Camila Sosa Villada, y también las pacientes de mi mamá, médica infectóloga y neumonóloga que trata en hospitales públicos personas con HIV y tuberculosis, y muchas de ellas organizan espacios de vivienda para no abandonar los tratamientos y darse techo, calor, comida, amor.
Cuando quise transmitirle la experiencia que había presenciado a mi amor me dijo con una poesía certera y absoluta: "Guardalo, no lo traigas a la tierra si está en el cielo".
Así que así termina esta nota, vayan sin dudar a formar parte de estos Saraos Uranistas, y quieran como queremos las locas; y si se animan arrójense al río a convertirse en una de ellas.
Cuando la obra llegó al final Lucía Adúriz (¡qué actriz!) dijo dos cosas que voy a dejar acá para siempre:
La fantasía es total, hay que cuidar la fantasía que hay que imaginar futuros posibles es el momento, vamos que se puede.
Todas pero todas, a las barricadas.
La obra está los martes a las 20:30 en el Galpón de Guevara. Entradas aquí.
FICHA TÉCNICA:
Dramaturgia: Juanse Rausch
Actúan: Maiamar Abrodos, Lucía Adúriz, Manuel DI Francesco, Emiliano Figueredo, Tomás Wicz
Piano: Gabo Illanes
Diseño de maquillaje: Adam Efron
Diseño de arte: Uriel Cistaro
Realización de escenografía: Guido Azqueta Mozzi, Juan Pablo Villasante
Realización De Calzado: Pablo Ibañez
Redes Sociales: BORIA AUDIOVISUAL
Realización de vestuario: Uriel Cistaro, Sandra Li, Patricia Mizraji, Barroca
Realización de tocados: Uriel Cistaro
Realización de pelucas: MG
Realización Set-electric: Jessica Tortul
Letras de canciones: Gabo Illanes, Juanse Rausch
Diseño De Iluminación: Facundo David
Fotografía: Irish Suarez
Diseño gráfico: Karina Hernandez
Asistencia de dirección: Lola López Menalled
Prensa: Varas & Otero
Producción: Alejandra Menalled
Producción general: Nünproduce
Dirección: Juanse Rausch
Composición Musical: Gabo Illanes
por Ailo (@___ailo)
Ailo (Ailén Cafiso) es bailarina, coreógrafa, escritora y artista multimedia. Trabajó diez años como editora, primero en un grupo editorial y luego en un proyecto independiente. Creó el grupo Potencial de acción donde reúne artistas multidisciplinarios para la creación de obras de cine y danza. Co-dirigió Parque (2022), hizo La danza rota (2024) y fue una de las primeras bailarinas del mundo en experimentar con danza y NFTs. Escribe poesía, y está terminando su primera novela. Creó Ficcialidad con el fin de difundir material artístico e histórico de investigación. ailo.work
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