We are still watching: Un experimento escénico sobre la representatividad y la democracia
- Nicole Popper

- 18 sept
- 3 Min. de lectura
por Nicole Popper

Partiendo del descubrimiento de que en muchos idiomas las palabras "voz" y "voto" comparten raíz, Ivana siguió investigando sobre el tema y decidió poner en marcha un espectáculo en donde estas categorías entran en crisis.
Cuando entro a la sala, me dan un número, y me dicen "el que busca, encuentra". Avanzo y descubro un cuadrilátero conformado por dos filas de sillas en cada arista. El centro está vacío. Veo más de cerca y cada silla tiene un número. Busco el "59" y me siento.
Ya desde el vamos me sorprende el formato. No puedo elegir dónde sentarme, hay una clara predeterminación, yo ocupo un rol en una partitura que no conozco.
Una vez que todxs tomamos asiento, nos explican las instrucciones: debajo de ciertas sillas hay guiones de la obra a representar y seremos nosotrxs quienes, siguiendo indicaciones, la construyamos.
Solo ciertos números tienen en principio acceso al guión. Y en sus textos cada uno lleva resaltada la parte que debe leer en voz alta. También tienen didascalias que les indican algunos movimientos o acciones no verbales.
El entusiasmo y la intriga es total. Lo noto en mí, lo noto en los demás, con quienes cruzo mirada en una sala totalmente iluminada: no hay público ni artificio. Somos un colectivo siguiendo una directriz específica. Estamos construyendo algo entre todxs, pero a la vez obedecemos a un orden impuesto. Y en eso hay un ejercicio de libertad condicionada muy interesante.
La obra avanza, los lectores cambian según indicaciones de los libretos. Hay silencios incómodos, errores inesperados, algunos que parecieran estar diseñados por el mismo texto. A partir de cierto momento, todxs tenemos guiones. Y la indicación de quién lee, desaparece. Es decir, no hay ya líneas resaltadas. Eso lo descubro luego de cierta sospecha. Después de todo, no sé si el guión es el mismo para todxs, o hay distintas indicaciones para cada espectador. Entre risas tímidas y miradas cruzadas, vamos descubriendo el formato, divirtiéndonos y dirimiendo ciertas cuestiones casi inconscientemente, pero en grupo.
El texto es meta: refiere a la propia construcción de esta “ficción”. Se pregunta si efectivamente es la mejor obra que puede escribirse, y también deja en algunos espacios preguntas incómodas: ¿por qué seguimos este guión? ¿hay lugar para desviarse de estas indicaciones? Si el público encarna los textos, ¿entonces para quién estamos representando?
Luego de la función, ingresa Ivana Müller y nos comenta algunos vectores de la búsqueda que impulsa esta obra. Nos cuenta que es una obra sobre la democracia, pero no necesariamente democrática. Nos señala que somos una comunidad espontánea, que a través de esta experiencia empieza a desarrollar una cierta inteligencia colectiva. Y como toda comunidad, siempre obedecemos a cierto texto (podría ser la Constitución, la Biblia, la Ciencia, etc).
A partir de esta conversación post-función (que Ivana considera parte de la obra), empezamos a disparar preguntas hacia atrás, a la experiencia recién vivida:
¿Cómo resolvimos los baches de texto? ¿Qué hubiera pasado si alguien se rebelaba? Los lugares en los que la obra podría fallar son infinitos: sin embargo esa falla en sí misma es la obra. La obra no está escrita para ser "bien representada". La obra dispara preguntas, incomodidades, nos hace entender que todo colectivo se configura en esas negociaciones, en esas voluntarias o involuntarias tomas de decisiones.
Y como toda grupalidad, como todo texto, como todo lenguaje, configura un horizonte de lo posible y lo imposible. De lo permitido y lo prohibido. De lo que se incluye y lo que se excluye.
Experiencias como estas nos invitan a pensar cuántas veces continuamos sin cuestionar, dónde están los intersticios por dónde se puede colar cierta desobediencia, y cuántas de todas esas decisiones son individuales o pueden estar influidas por el colectivo, como un ente autónomo y con poder de decisión.
FICHA TÉCNICA:
We Are Still Watching fue creada por Ivana Müller en colaboración con la coreógrafa Andrea Bozic, el artista y director teatral David Weber-Krebs y el dramaturgo Jonas Rutgeerts.
Diseño de luces y dirección técnica: Martin Kaffarnik
Producción: ORLA / Capucine Goin & Anne Pollock
Presentado por Paraíso Club, con el apoyo del programa Orillas Nuevas, organizado por el Institut français d’Argentine, junto a la Fundación Williams y la Fundación Medifé.
por Nicole Popper (@nicole.popper)
Nicole Popper es actriz, directora y dramaturga. Estudió Actuación y Dirección teatral en la UNA y se formó en Dramaturgia en la EMAD. También escribe poesía. Como autora y directora, estrenó Pájaro en mano (2016) y Targlok: sobre las reglas terrícolas (2018 y 2022). Actuó en teatro y en tele, y en 2023 la nominaron a los Premios Hugo por su actuación en Llega la mañana. Ahora está ensayando Max Garita, su próxima obra como dramaturga y directora, a estrenar en noviembre en Espacio Callejón.



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