A un paso del tiempo: Hacer equilibrio entre la música y la escena
- Nicole Popper
- 9 jun
- 2 Min. de lectura
por Nicole Popper
Entramos a la sala grande de Hasta Trilce y observamos pocos elementos: dos tarimas (arriba de la primera, un pie de micrófono y una guitarra; sobre la segunda, una batería). Algunos accesorios de vestuario y una figura que cuelga, ofreciendo un fondo estético y abstracto para el espectáculo.

Conformada por canciones y pausas, esta obra podría ser un concierto, sin embargo no se deja atrapar fácilmente por ninguna categoría. Ninguna pieza es presentada, y el lenguaje corporal de los dos artistas en escena nos dice que hay algo más que “solo sonido”. Es un collage entre música original, gestos, algunos textos recitados, preguntas lanzadas al viento. Las letras, profundamente poéticas y con imágenes pregnantes y detalladas, sugieren no una historia cerrada, sino un paisaje amplio y sensorial. Más que un recital, es una vivencia sonora y visual difícil de encasillar.
La magnética Irene Goldszer hace uso de todo su abanico expresivo, toca la guitarra y canta temas de su autoría. Explora su voz hasta el límite de lo imposible. La hace estallar de potencia, desaparecer en un susurro o simplemente la evoca desde el gesto mudo en una letra inconclusa. Es dulce y visceral, es brillante y profunda a la vez.
El baterista Pablo Potenzoni no solo acompaña, sino que -en palabras de Irene al momento de agradecerle- hace cantar a su instrumento. Provoca un pulso vibrante que sacude y contagia inevitablemente su movimiento. Ofrece no solo soporte, sino también un conjunto de climas que conforman un mundo, este mundo particular y vibrante.

Esta experiencia, dirigida con sutileza y precisión por Vanina Falco, parece explorar todo el universo expresivo del que somos capaces los humanos: la palabra, el canto, el uso de instrumentos, la gestualidad (incluso una canción interpretada en lengua de señas), el cuerpo iluminado en escena y el silencio.
“Cuando termina una canción se abre una ventana” dice Irene y definitivamente así se siente. A través de cada momento musical o silencioso (¿el silencio es música?), se nos deja espiar un vasto mundo de sensaciones, colores, metáforas. A un paso del tiempo nos invita a dejarnos llevar por esa fuga, hacia allá, lejos, donde quiera conducirnos nuestra sensibilidad.
Y cuando termina, algo dentro nuestro sigue vibrando.
Funciones Lunes 20:30hs en Hasta Trilce. Entradas aquí.
FICHA TÉCNICA:
Voz, guitarra, letras y composición: Irene Goldszer
Batería y arreglos: Pablo Potenzoni
Diseño de iluminación: Ricardo Sica
Diseño de vestuario y escenografía: Paola Delgado
Coach en LSA: Natalia Tesone
Sonido en vivo: Luciano Santantonio
Fotografía: Nora Lezano
Comunicación: Analía Díaz Figueroa
Dirección: Irene Goldszer y Vanina Falco
por Nicole Popper (@nicole.popper)
Nicole Popper es actriz, directora y dramaturga. Estudió Actuación y Dirección teatral en la UNA y se formó en Dramaturgia en la EMAD. También escribe poesía. Como autora y directora, estrenó Pájaro en mano (2016) y Targlok: sobre las reglas terrícolas (2018 y 2022). Actuó en teatro y en tele, y en 2023 la nominaron a los Premios Hugo por su actuación en Llega la mañana. Ahora está ensayando Max Garita, su próxima obra como dramaturga y directora, a estrenar en noviembre en Espacio Callejón.
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