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Los vientos de tu casa: Rendirse al Kairós

  • Foto del escritor: Manu Harriague
    Manu Harriague
  • 30 abr
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 8 may

por Manu Harriague


Todo se está tensando sobre su eje, 

el denso mundo tira en direcciones imprevistas.

Robin Myers (lo demás, 2016)


En el texto de sala se puede leer el fundamento detrás del título de la muestra, Los vientos de tu casa: “La frase remite al cúmulo impreciso de experiencias que con esa modalidad nítida, y a la vez difusa, en que se presentan las rémoras del pasado, son capaces de reaparecer y exhibir sus huellas”. A partir de esa idea, Sergio Bazán, curador y docente del programa de clínica Cazadores, invitó a cinco artistas jóvenes a exponer las dimensiones y expresiones que esa idea les despertaba. Del mismo modo quise ensayar algún tipo de respuesta, pero en su lugar apareció un sueño. 


Supongo que se trata de una superposición de películas o fotografías que no logro precisar. Transcurre así: varios encuadres del interior de una casa tranquila, un horizonte idílico visible a través de las ventanas. Es otoño, siempre es otoño. No hay nadie, pero imagino que se habrían ido solo por un rato. ¿Volverán? De repente llega un viento fuerte, una ventolera que retumba en los oídos. Abre las puertas, estalla ventanas, deja que lo foráneo se haga presente de topetazo, hace caer todo lo que se sostenía torpemente. Podría ser el anuncio de lo inesperado o la revuelta, el sonido de lo que se condensa y libera, fuerza invisible de lo que vendrá. Me acerco a las obras, abierta al acontecimiento que guardan en su interior.


Fotografía de Ana Rodríguez Baños
Fotografía de Ana Rodríguez Baños

Es justamente la instalación de Pablo Insurralde la que me trajo a la memoria el poema de Myers. La contundencia de su claridad se fue extendiendo, contaminando mi mirada, como si trabajara a partir de relaciones afines: vínculos imprecisos y secretos. En la obra de Insurralde vemos cómo se sostienen, a través de un hilo de metal, los pequeños detalles de escenas partidas en cerámica. Una mano que cae desde el cielo, divina pero ineficaz, deja entrever el error multiplicado. Tazas y teteras en miniatura vuelan, aferradas al ritual de servir un té imaginario. 


Las acciones están atadas a la repetición de un mecanismo, que permite que se produzca el sonido del llamador de ángeles. Vemos los engranajes moverse, somos hipnotizados por el movimiento mágico del choque (im)preciso de elementos. Al final, suspendimos la incredulidad.


Fotografía de Ana Rodríguez Baños
Fotografía de Ana Rodríguez Baños

La maquinaria delicada contrasta en la sala con el cuerpo vetusto de un piano derrumbado, obra de Cynthia Carllinni. El instrumento, incapaz de cumplir con su función original, lleva en sí la carga de ser un “ente entorpecedor”, como le llama la artista. La disposición general nos remite a una escena del crimen. Traza la silueta de algo que murió y transformó. 

Una vez que se ha llegado al punto límite, ¿qué encontramos en nosotros? Entre los pedazos rotos y destruidos por el impulso y el cansancio, un pie baila al ritmo de la destrucción. 


El encuentro de las obras de ambos artistas genera un juego de opuestos. Un pasaje atravesado por las vibraciones de un sonido audible y otro acallado, hace que todo parezca desenvolverse en una armonía que no compensa el desarreglo.


Fotografía de Ana Rodríguez Baños
Fotografía de Ana Rodríguez Baños

De frente, la serie Primitivo de Paula Picciani consta de cinco pinturas al óleo, en gradientes de color, circulares y dispuestas en línea recta sobre el plotter de la muestra. Una morfología que, en su conjunto, simula movimiento. A través de la abstracción, la artista se deshace de lo accidental y lo contingente, transfiriendo las emociones al color, en una búsqueda de introspección profunda a partir de las formas puras.  


Fotografía de Ana Rodríguez Baños
Fotografía de Ana Rodríguez Baños

Esa emocionalidad condensada toma la forma de un cuchillo en la obra de Vicky Pujol Ferrari. Un preciosismo que corta y lastima. Su instalación consta de una mesa preparada con esmero pero todavía vacía. Del florero emerge una flor que se alimenta de un foso corrompido, ni roja ni rebosante sino tristemente azul. Especulamos si ya estaba condenada desde el principio o la exposición al material fue degradando su vitalidad. De cualquier manera, sus hojas secas caen sobre la mesa ordenada cuidadosamente. 

La vajilla pristina y transparente deja leer los pensamientos inscriptos en los objetos: platos, cuchillos, vasos y copas. Unas frases casi imperceptibles, pero con potencia aforística, como si lo que nos rodeara tuviera también la capacidad de guardar la memoria de nuestros deseos, rencores y angustias. Nuestra verdad. 

Frases por la que podría brindar: 

hablo con la autoridad del fracaso, o mejor aún, nadie se salva solo.

Pero entre todas ellas, me quedo con: lo propio también es ajeno, que abre espacio para la punzada extraña que nos habita y constituye, para encontrarnos en la extranjería, o en la pérdida, incluso en el asedio, tanto a nivel individual como colectivo.


Fotografía de Ana Rodríguez Baños
Fotografía de Ana Rodríguez Baños

En ese sentido, nos saludan y despiden las fotografías de Bárbara Arcuschin. Así como el viento arrastra las hojas de otoño, nos trae las caras e historias de aquellos que encuentra en su camino, ya sea en una calle empedrada o caminando las arenas de las pirámides. Y de esa manera, arrastra consigo algo de su tiempo: experiencias cotidianas y dinámicas, que resguarda en sus retratos.

Son fotografías realizadas con celular proyectadas sucesivamente sobre una de las paredes de la Sala Imán. Mezcla de personas de distintas geografías, edades y culturas, solo unidas por el agente ausente, es decir, quien sostiene la cámara.


Podrán o no conocerse, aquí el viento los hace juntarse…


 

Los vientos de tu casa: reflexiones en torno a la intimidad y el pasado, en las obras de Bárbara Arcuschin, Cynthia Carllinni, Pablo Insurralde, Paula Picciani y Vicky Pujol Ferrari en Fundación Cazadores (Villarroel 1438, entrada gratuita)


del 24 de abril al 31 de mayo

sala _imán


Activaciones de las obras: todos los sábados, a las 17 hs. 

3/5 Bárbara Arcuschin

10/5 Cynthia Carllinni

17/5 Pablo Insurralde

24/5 Vicky Pujol Ferrari

31/5 Paula Picciani


Curador: Sergio Bazán


Artistas:

Bárbara Arcuschin

Cynthia Carllinni

Pablo Insurralde

Paula Picciani

Vicky Pujol Ferrari



por Manu Harriague (@manu.harriague)


Entusiasta espectadora desde el teatro de títeres de su infancia, ahora persigue esa misma emoción en cada espectáculo. Tras un breve paso por la Licenciatura en Letras, fue virando por distintos talleres de escritura, donde experimentó con dramaturgia, narrativa y poesía. En cada espacio descubrió una manera distinta de atravesar el mundo, trazando un dispositivo mutable de creatividad. Más adelante, encontró en la curaduría una confluencia transdisciplinar de esos intereses y preguntas. Actualmente, está finalizando la Licenciatura en Curaduría en la Universidad Nacional de las Artes.

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