Transensual: Favio Posca y trascender el margen de los márgenes
- Camilo Polotto Javkin
- 16 jun
- 4 Min. de lectura
por Camilo Polotto Javkin
Cuando era chico, había un tal Charly que deambulaba por las calles de mi barrio. Llevaba el pelo rojizo hasta la cintura, muchas pulseritas y cadenitas, y una flor en la cabeza. Siempre cargaba una bolsa de consorcio llena de ropa que algunos vecinos le daban, o cosas que cirujeaba entre la basura. Tocaba el timbre de mi casa y preguntaba por mi mamá. Ella decía: "Le separé ropa a Charly, mi amigo." Charly sonreía y decía: "¿No me das un cigarrillo?", y pronunciaba las erres y las eles como un auto que quiere arrancar, pero deja mucho de sí en el intento.

Mi mamá siempre fue una militante de los márgenes, de la periferia. Quizás porque ella misma lo estaba, siempre estuvo al borde. Al borde de todo y de ella misma. Estudiante de medicina en la UNLP durante la dictadura, conoció los márgenes y supo transitar el lado salvaje, el incómodo. Fue la única mujer recibida en una familia judía machista, como casi todas...
Me acordé de Charly y me puse a pensar en todo esto después de ver Transensual, el espectáculo que Favio Posca presenta en el Paseo La Plaza.
El espectáculo es un borde constante. Se encarga, de manera compulsiva, de arrancarte los prejuicios más escondidos y ponerlos frente a vos para que los observes derretirse, prenderse fuego, para que te avergüences un poco de esos estándares que fuiste construyendo —o peor aún, que te construyeron.
Posca hace lo suyo, y las categorías aparecen todas en fila, dispuestas a trastornarte y no dejarte en paz: la idea de calidad, lo bueno y lo malo, lo marginal y lo no marginal, lo binario y lo no binario, lo correcto, lo que encaja con la agenda de turno, a quién podría ofender esto, qué causa estamos acarreando o trastocando, dónde, quién...
Favio se despliega como sin querer, pero dando todo de sí. Entonces, todo eso que te incomodaba, aquello que intentabas catalogar, se prende fuego. Y todo es cuerpo y presente. Me rindo, me canso y me dejo estar ahí, simplemente. Es una experiencia corporal. La velocidad es total. La poesía es hermosa, cruda, espantosa. Es descarnada, visceral, y lo que dice sale de las entrañas. Es sonido que llega y te envuelve. Su cuerpo es ecléctico, particular, hermoso.
Interpreta algunas canciones que conmueven por su ternura y crudeza. Diversas voces y cuerpos, casi como una danza transmutante. Una danza que no pretende hacer eco de su virtuosismo ni encajar en los estándares de lo que se considera validado por el Arte. Un artista que no se preocupa más que por ser quien es. Es decir, un artista que hace su tarea.
Entonces pienso en Sinéad O’Connor diciendo: “Sé vos mismo, cueste lo que cueste.”
Y claro que cuesta. Ser uno mismo, pagando el precio que eso implica, te aísla —de espacios, de lugares, de personas. Ser vos mismo, cueste lo que cueste, es aceptar tu propia periferia y caminarla silbando bien alto.
La binorma deja de funcionar. Se apaga. La poética de Favio Posca y María Luisa Callau es enigmática y funesta. Es bien marginal. Viene de alguien que supo transitar los márgenes de verdad, no desde la observación higiénica y distante del discurso preponderante. Sino de alguien que escapó de todos esos motes y caminó por los márgenes de todos los márgenes.
Lo que incomoda.
Aquello con lo que no sabemos estar.
Eso que, cuando nos lo cruzamos en la calle, en una estación de tren, en el subte o en un cementerio, nos hace bajar la mirada. Porque ver lo incómodo incomoda. Se pone raro. Y es más fácil salirse. Quedarse implicaría aceptar una existencia tan ajena como profundamente propia. Se pone denso.
Los márgenes de todos los márgenes. Desde ahí. Desde esa herida, desde esa marca, desde ese corrimiento. Sin romantizarlo, pero incluyéndolo. Desde las entrañas hasta cada suspiro. Estando con eso. Llenándolo de ternura y de verdad.
Qué conmovedor es escuchar otras voces.
Voces con herida, con dulzura, con marginalidad.
Me vienen resonancias de artistas como Albert Pla, Batato Barea, Urdapilleta. Y el gran Alejandro Doria con su magnífica Esperando la carroza.
Favio Posca y María Luisa Callau hacen espectáculos juntos desde hace años. Trato de imaginármelos ensayando esto. Pensando, cocinando. Probando. Probarse, como quien se prueba telas, harapos. Y pienso: cuánta libertad para una creación tan única y necesaria. Transensual te abraza, te sacude y te hace cosquillas.
Transensual es un espectáculo repleto de amor. Y sin duda, ese amor viene desde las entrañas de su génesis. Verlo fue una patada a mis estándares, y también un canto para celebrar no estar donde elijo no estar. Celebrar tu propia periferia y defenderla con amor. Porque el amor no mata.
Y si mata, te mata de amor.
FICHA TÉCNICA
Espectáculo Creado y Dirigido por FAVIO POSCA
Equipo Creativo Extraterrestre: LUIZA CAYETANA
Música: FAVIO POSCA
Diseño Visuales: CARLA PAVETTI
Diseño de Luces: EDUARDO PEREZ WINTER
Producción y Arreglos: MARTÍN TUCAN BOSSA, YULIANO ACRI
Coros y Guitarras: ROCCO POSCA
Diseño Gráfico Original: BELEN ASAD
Foto: LUIZA CAYETANA
Stage Manager/VJ: GUSTAVO VERÓN
Diseño Caballo Vegano: PAU BIANCO
Producción Gráfica: ROMINA JUEJATI
Prensa: SMW
Comunicación Digital: BUSHI CONTENIDOS
Productor Ejecutivo: MANO SZERESZEVSKY
Productor Ejecutivo: DAMIÁN ZAGA
Director de Producción: ARIEL STOLIER
Productor General: PABLO KOMPEL
por Camilo Polotto Javkin
Camilo Polotto Javkin se formó como actor con Nora Moseinco, entre otros. Danza con Margarita Molfino y Flor Vecino. Escritura con Santiago Loza, Andres Gallina y Gael Policano Rossi. En teatro trabajó en Empiecen sin mi de Santiago Loza, La clase de Rikudim de Santiago Nader, Sagrado Bosque de Monstruos dirigida por Alejandro Tantanian (Teatro Nacional Cervantes). Reinos de Romina Paula, Agustina Muñoz y Margarita Molfino (Complejo Teatral de Buenos Aires). En cine participó en Bernarda es la patria de Diego Schipani y Albertina Carri, Gulliver de María Alché y Edición Ilimitada, episodio dirigido por Romina Paula (Festival de San Sebastián 2020). Dirigió el cortometraje "Diseminar" ganador en el Festival Espacio Queer 2015 mejor cortometraje nacional. En teatro dirigió Clara de y con Mariano Saborido, Al mar de Ana Kowalczuk y actualmente Al borde del mundo en el Centro Cultural San Martín. Se desempeña como maestro de actuación y coach de actores para cine y publicidad.
Comments