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La gravedad de las burbujas: Todo lo que nos envuelve está a punto de estallar

  • Foto del escritor: Nicole Popper
    Nicole Popper
  • hace 3 días
  • 4 Min. de lectura

por Nicole Popper


Pareciera ser que los relatos sobre multiversos afloran en todas partes y en los más diversos formatos. La multiplicidad de puntos de vista aparece como forma y como tema por aquí y por allá, cada vez con más frecuencia. Quizás tenga que ver con el clima de época, una era que nos expone constantemente a ver qué hacen los demás, o qué podría ser de nuestra vida con un simple giro de trama, si tomáramos una decisión distinta a la que elegimos. Mundos superpuestos, paralelos, coexistiendo en una matrix en la que no solo todo es posible, sino que todo aquello que no vemos está pasando con la misma verdad y la misma intensidad que aquello que efectivamente podemos percibir. La gravedad de las burbujas no es ajena a esta tendencia.



En una audaz y minuciosa apuesta inherentemente teatral, cuatro historias se desarrollan en paralelo, en tiempo real, en un mismo espacio físico, pero sin interrelacionarse (exceptuando un solo momento, precisamente elegido para producir ese intercambio). Todo ocurre en una casa, o mejor dicho en varias, pero dispuestas en el mismo espacio: una cocina, un living y un “afuera”, por donde se accede a habitaciones contiguas, un baño, un patio, la calle. Concretamente podríamos decir que la obra consiste en cuatro escenas de 80 minutos, sin elipsis, sucediendo en un mismo espacio. Una hora y veinte de cuatro historias sincrónicas: un artista busca su obra y con ella su propio sentido de existencia, una pareja al borde de la crisis hace lo que puede con lo que se le presenta, una primera cita navega el mar de incomodidad y deseo, y una cena de amigos explora todos los estadíos de un vínculo cercano e íntimo. Todo a la vez. Todo al mismo tiempo. Lo más común se vuelve sumamente atractivo cuando se nos permite, como voyeurs, asistir al tiempo real de las cosas desenvolviéndose. 



Dirigida con maestría y detalle (aplausos para Juan Pablo Galimberti), la obra explora el procedimiento de las narrativas simultáneas, llevando nuestra atención donde es necesario sin saturar ni subrayar con obviedades. 


Las actuaciones de esta obra son frescas, vivas, profundas y cuidadosas. El trabajo de los actores combina una escucha atenta con una destreza coreográfica y sensible.


La obra misma, en su sinopsis y en su estructura, se nos presenta como un movimiento de ebullición. ¿El punto de hervor? Un gran apagón en Buenos Aires. 


Las burbujas son una constante en la obra. No solo en el título sino también en el texto como tema de conversación, como metáfora de algo común y corriente que nos rodea con sutileza y como materialidad (Catriel Kucharczuk hace burbujas con distintos elementos, casi constantemente, encarnando su personaje de artista que está por fuera de la lógica del resto, porque él los percibe, aunque los demás no lo vean).


El matrimonio (Sol Kohanoff e Ignacio Bresso) cae al borde del abismo gracias a una discusión sobre las burbujas. En una metáfora polisémica y potente, este signo también aparece como catalizador de conflicto. El marido, empeñándose en mirar con sorpresa renovada algo simple, mundano y frágil, busca el deslumbramiento en algo tan cotidiano como el agua para los fideos. Esa misma imagen es la que termina de agotar a esa esposa que, sumida en esa rutina asfixiante, ve cuan endeble es esa construcción que los envuelve.


La pareja de la cita (Pablo dos Reis y Luciana Vitale) busca romper el hielo torpemente con una conversación sobre universos paralelos. Resulta tentador tomar esa charla como una clave de lectura de toda la obra. Hay una infinidad de realidades sucediendo a la vez, y cada persona, como puede o según quiere, hace un recorte: su propio universo observable. En la puesta en escena esto puede verse gracias a una cámara filmando en vivo y una pantalla que revela expresiones específicas de ciertos personajes en sus discusiones, sus derivas, sus esperas y en sus momentos de silencio. 


La pareja de amigos (Francisco González Gil y Franco Moix) nos muestra el devenir de una amistad, desde los reproches más banales hasta las confesiones más sinceras, pasando por un abanico lleno de chistes, complicidad, canciones, abrazos y momentos de confusión. Con un humor espontáneo y genuino, nos acompañan a transitar esta oleada de emociones, todas conviviendo, todas transcurriendo aquí y ahora. Ofrecen un lugar firme donde hacer pie: ¿no es acaso la amistad aquello que siempre persiste, no importa el correr del tiempo, de las parejas, de los eventos, de los anhelos y de las frustraciones? 



Estamos acostumbrados en esta contemporaneidad a asistir a vidas ajenas, a saber todo de todos, a toda hora, en todo lugar. Pero cada vez estamos menos expuestos a coexistir realmente. La gravedad de las burbujas también nos ofrece eso. Una plataforma donde poder compartir no solo imágenes que se nos acercan completas, perfectas, digeridas, sino la experiencia misma, con sus silencios, incomodidades, miserias, olores, gritos, en fin: una sincera convivencia física y material. 


Una forma de compartir más genuina que el simple chusmerío de las redes sociales. Una manera de estar con otros que desafía los sentidos y los prejuicios, sumergiéndonos de lleno en una olla donde las historias suben de temperatura, estallan esporádicamente, siguen acumulando, hasta desencadenar en esta frenética y potente explosión de expresividad.





FICHA TÉCNICA:

Dramaturgia: Juan Pablo Galimberti

Actúan: Ignacio Bresso, Pablo Dos Reis, Francisco González Gil, Sol Kohanoff, Catriel Kucharczuk, Franco Moix, Luciana Vitale

Vestuario: Camila Ferrín

Iluminación: Juan Pablo Galimberti

Diseño de escenografía: Juan Pablo Galimberti

Diseño de espacio: Juan Pablo Galimberti

Realización escenográfica: Martin Brujo Conti

Video: Juan Pablo Galimberti

Sonido: Santiago Crivelli

Fotografía: Malena G. Blaya

Comunicación: Victoria Rossi

Diseño gráfico: Marcelo Sapoznik

Colaboración en escenografía: Camila Ferrín 

Asistencia de iluminación: Fernando Chacoma

Asistencia de dirección: Cris Bernal Niño

Producción: Carola Parra

Dirección: Juan Pablo Galimberti


por Nicole Popper (@nicole.popper)


Nicole Popper es actriz, directora y dramaturga. Estudió Actuación y Dirección teatral en la UNA y se formó en Dramaturgia en la EMAD. También escribe poesía. Como autora y directora, estrenó Pájaro en mano (2016) y Targlok: sobre las reglas terrícolas (2018 y 2022). Actuó en teatro y en tele, y en 2023 la nominaron a los Premios Hugo por su actuación en Llega la mañana. Ahora está ensayando Max Garita, su próxima obra como dramaturga y directora, a estrenar en noviembre en Espacio Callejón.

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